Estos son los beneficios de la actividad sexual con frecuencia…

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Tener una vida sexual activa no sólo es una experiencia placentera, sino que también ofrece una serie de beneficios para la salud que van más allá de la intimidad física. Además de reducir el estrés y mejorar la calidad del sueño, la actividad sexual frecuente puede tener un impacto positivo en varios aspectos de nuestro bienestar físico y emocional.

Mejora el estado de ánimo

Al practicar sexo el cerebro produce endorfinas; unas sustancias que generan excitación, satisfacción y bienestar. También están implicadas en la euforia y en la calma que precede y que sucede al orgasmo, respectivamente. Así pues, quedan imbricadas en la respuesta de recompensa que experimentamos al sentir diferentes formas de placer.

Amortigua el estrés

La experiencia subjetiva de estrés desadaptativo (o distrés) surge al sentirnos desbordados por las exigencias del entorno y perturba tanto el estado de ánimo como el deseo sexual. Cuando convivimos largamente con situaciones que nos abruman, la frecuencia con la que deseamos practicar sexo decae, lo que puede traducirse a veces en una menor satisfacción con la pareja.

el sexo puede ayudarnos a reducir el estrés asociado a la sobrecarga cotidiana, aunque paradójicamente también el propio estrés reduzca el deseo.

Potencia el sistema inmune

La práctica regular de actividad sexual potencia nuestras defensas fisiológicas ante virus, bacterias y otros patógenos. Incluso existen estudios que sugieren que mantener relaciones íntimas tres veces al mes puede protegernos del coronavirus. El hallazgo se extiende, por supuesto, a otras patologías infecciosas.

Reduce la tensión arterial y el dolor

La actividad sexual promueve la salud cardiovascular. Sabemos que los juegos eróticos en pareja incrementan la presión sistólica y diastólica, con un repunte durante el orgasmo que se atenúa justo al extinguirse. En las personas jóvenes un solo encuentro sexual se traduce en casi seis equivalentes metabólicos (esto es, un consumo energético seis veces superior al que se habría tenido en reposo).

Otro estudio reciente sugiere que el mantenimiento de la actividad sexual durante la vejez reduce la probabilidad de problemas cardiovasculares al incidir positivamente en los factores de riesgo conocidos.

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