Cuando bostezamos no solo es señal de sueño o cansancio si no también cuando estamos aburridos o cansados, no respiramos tan hondo como solemos respirar. Y nuestros cuerpos inspiran menos oxígeno porque nuestra respiración se ha enlentecido. Por lo tanto, el hecho se bostezar ayuda a que nuestra sangre tome más oxígeno y expela más dióxido de carbono.
El cerebro es quien induce el bostezo para mantenernos alerta, pero no es, claramente, la única parte del cuerpo involucrada en un bostezo.
El bostezar tiene múltiples beneficios: oxigena el cerebro y lo pone en estado de alerta, provoca una respuesta fisiológica que ayuda a disminuir los efectos nocivos del estrés y finalmente, al desperezarnos, todo nuestro cuerpo se activa, liberando las tensiones acumuladas”.